El invierno es el momento perfecto para amar,
Pues el frio de la naturaleza se extinguirá con la llama de la pasión;
Nunca entendí el sentido de aquel sufrimiento voluntario,
Frio me da cada vez que lo pienso;
Y al pensarlo la piel se me eriza, las manos me sudan y la voz me tiembla,
Construyo el futuro y pienso en el pasado, pero aun así el presente me va provocando;
El presente se convierte en infinito y el placer de la vida busca el fin,
El mañana es una interrogante, pero el placer solo busca respuestas;
Tus ojos se cierran ante la luz,
La luz eterna de la vida extinguida;
Con la utopía de una resurrección, con el calor penetrante de la derrota y construyendo la mágica racionalidad de la muerte.
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